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No quería al pitbull cerca de su hija hasta que ¡ocurrió algo increíble!

Bild: Hany Mamdouh / Shutterstock.com

Greg y su esposa tenían dos perros antes de conocerse. Todos nosotros tenemos prejuicios contra determinadas personas. Greg Heynen tenía los suyos contra el perro de su esposa, Zack. Era un perro pitbull mestizo y después de todo, un supuesto perro de ataque. Muchas historias circulan por los medios sobre los pitbulls. Se dice que son peligrosos e incluso agresivos.

Greg tenía esta misma opinión y estaba decidido a no dejar que el pitbull de su pareja se acercara a su hija recién nacida. Cuando nació la hija de ambos, Greg le dijo a su esposa que si Zack ponía sus manos sobre la bebé, se iría de inmediato.

1. Papel de protector

Cuando nació la bebé, ambos perros la olfateaban sin parar. Laura estaba en un asiento para recién nacidos y los perros la lamían y movían sus colas alegremente sin parar. Greg tuvo un mal presentimiento y apartó a Zack lejos de su hija porque no dejaba de saludarla y lamerla. Parecía como que a Zack le gustaba la compañía de Laura y quería estar cerca de ella.

Si bien Greg no estaba de acuerdo con ello, Zack se designó enseguida como el protector de Laura. Cuando ponían a Laura en una manta en el piso, Zack ponía una pata encima de la manta para cuidarla.

2. Mejores amigos

Zack había mostrado que era un perro tranquilo y que quería a Laura inmensamente. Pero Greg seguía temiéndole a los perros de esa raza. Eran muchas las historias negativas que se oían en los medios y ninguna de ellas había tenido un final feliz. Pensar en tener un pitbull era saber que el perro era agresivo y que en el instante menos pensado podía atacar.

Greg quería todo lo contrario para su hija. Pero Zack amaba mucho a Laura y ambos se habían convertido en los mejores amigos. Cuando la bebé creció un poco, Zack la acompañaba hasta la cama.

3. Amor profundo

Zack quería mucho a Laura y apenas la bebé creció un poco, se iban juntos a la cama. El pitbull sabía de alguna manera cuándo había que subir, y la esperaba en la escalera para que ella lo siguiera hasta llegar a la cama. Finalmente, Greg y su esposa le habían permitido a Zack dormir cerca de Laura.

A medida que pasaba el tiempo, la amistad de la niña con el pitbull se hacía más profunda. Greg ya había cambiado su opinión negativa con respecto a los perros de esa raza y estaba muy contento de tenerlo en sus vidas. Sin embargo, algo horrible ocurriría.

4. Triste destino

Un día, Zack fue envenenado por unos niños del barrio. La familia tuvo uno de los momentos más tristes de sus vidas. Ver a Laura despidiéndose de Zack, mientras este estaba tendido en el suelo en la cocina, les partió el corazón a sus padres.

Luego llegó el momento para Laura de subir las escaleras para ir a dormir. En ese momento, los tres comenzaron a interiorizar lo que había sucedido. Después de haber compartido cinco años con Zack este momento tan especial, ya no la acompañaría más por las escaleras. El pitbull se había ido y ya no estaba más con ellos.

5. La señal inesperada

Bild: Pawel Rajtar / Shutterstock.com

El perro de Greg era un Jack Russel que se llamaba Sam. Laura se llevaba bien con él, pero Sam no podía competir con el favoritismo que le tenía a Zack. Si bien Sam y Zack eran muy compañeros, el Jack Russel había entendido que era Zack el que había ganado el corazón de Laura.

Mientras que el pitbull se había encargado siempre de acompañar a Laura a la cama, Sam siempre había dormido abajo y nunca había subido a la habitación de la niña. Ahora Zack se había ido y Sam parecía haber entendido la situación. Algo increíble ocurrió en ese momento.

6. Final feliz

Bild: Yuliya Evstratenko / Shutterstock.com

Sam también quería mucho a Laura y a partir de ese momento parecía estar dispuesto a convertirse en el encargado de tomar la posición de Zack. Al ver a Laura llorar, quería consolarla con una pata y unos leves ladridos. La miraba fijamente y quería ayudarla.

Era el momento en que Laura subía las escaleras para ir a dormir. En ese instante, Sam se levantó y fue hacia las escaleras esperando que la niña lo siguiera. Esa noche, Laura se fue a dormir junto con Sam, abrazándolo con mucha fuerza. Fue la primera vez que el Jack Russel y la niña dormían juntos.

7. Feliz final canino

Bild: Yuliya Evstratenko / Shutterstock.com

Laura disfrutó mucho la compañía de Sam. Los dos se sintieron muy a gusto. Y así sucedió durante los siguientes seis años. Sam tomó con mucho gusto el lugar de Zack y se encargó de hacerle compañía a Laura todas las noches. Desde ese momento, ambos no se separaron nunca más. Durante los siguientes seis años, Sam la esperó todas las noches para ir a dormir hasta que murió.

Los amigos de cuatro patas son particularmente leales y parecen entender a los humanos en cada situación. Tan pronto como estés triste y te arrastres a tu habitación, tu querido amigo vendrá y pondrá su hocico mojado en tus rodillas. Esta historia es el mejor ejemplo de ello.