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Una madre subrogante recibe a mellizos sin saber que uno de ellos sería la sorpresa más linda de su vida

Bild: ADragan / Shutterstock.com

Jessica ya era madre. Tenía a su esposo y ambos estaban dispuestos a ayudar a que parejas estériles pudieran tener hijos. Si bien Jessica ya tenía dos niños, estaba dispuesta a hacer un acto de bien y convertirse en madre subrogante. Al fin y al cabo, ella era de la idea que ninguna mujer debería irse del mundo sin tener la oportunidad de haber tenido un hijo y haber experimentado un vínculo de amor madre-hijo.

Durante su primera experiencia como madre subrogante, el embarazo funcionó de maravillas. No fue hasta después de dar a luz que esta idea se convirtió en un calvario para Jessica.

1. Simplemente: ayudar

Bild: Feng Yu / Shutterstock.com

Hace ya varios años que la subrogación de vientre en Estados Unidos atrae a muchas parejas extranjeras. Jessica Allen era madre de dos criaturas y vivía en California. Como muchas otras mujeres, Jessica pensó que estaba haciendo un acto de bien si se postulaba para llevar en su vientre un bebé de otra familia, que por diferentes razones o motivos, no lo podía lograr. Su idea era simplemente: ayudar.

Fue entonces que se inscribió para ser la madre subrogante para una pareja de origen asiático. Desde que la subrogación en China es ilegal, muchas parejas de este país deciden ir a Estados Unidos por una madre sustituta.

2. Recibiendo el hijo de otros

Bild: bezikus / Shutterstock.com

Cualquier persona que haya deseado con mucho anhelo tener familia pero no lo haya podido lograr, sabe el desgaste tanto físico como emocional que esto conlleva. Jessica sabía que la pareja china había pasado por un largo camino de sufrimiento. Por esta razón estaba muy satisfecha de poder ayudarlos.

Jessica trabajaba para una empresa dedicada a la subrogación de vientres situada en San Diego. Su nombre era Omega Family Global, quien se encargó de contactar a Jessica y a la pareja asiática. A comienzos de 2016, Jessica recibió en su útero y a través de la fertilización in vitro el óvulo fecundado por la pareja.

3. Cuidados extremos

Bild: Primeiya / Shutterstock.com

Para mantener y conservar un óvulo ya fecundado en un útero que es “alquilado”, se requiere de muchos cuidados que la madre subrogante debe contemplar. Para comenzar, la persona que presta su útero tiene que tomar tanto estrógeno como progesterona para que todo prospere de forma correcta durante el embarazo. Jessica siguió todo al pie de la letra. Hizo todo lo que le habían dicho para que los primeros meses prosperaran exitosamente.

Luego de haber pasado seis semanas, Jessica se dispuso a sacarse una tomografía para ver el estado de gestación. Esto había sido acordado y estipulado con la agencia. Pero los doctores ¡no daban crédito a lo que veían!

4. Sorpresa doble

Bild: gualtiero boffi / Shutterstock.com

En la tomografía del mes y medio, el doctor pudo darse cuenta que Jesscia ¡estaba embarazada pero por dos! Tanto a Jessica como a la pareja les fue explicado que el óvulo puede desprenderse y por lo tanto separarse y perder de esta manera el embrión. Las probabilidades eran pocas, pero no era un escenario que se tuviera que olvidar.

Jessica y la pareja estaban tan contentos, que asumieron que todo iba a salir bien y no iba a ocurrir ninguna desgracia. Jessica recibiría como acordado los 30mil dólares de la agencia más gastos extra. En cuanto se supo que iban a ser dos bebés en vez de uno, las cosas cambiaron.

5. El nacimiento tan esperado

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Tener a dos embriones en un vientre significaba tener más posibilidades para la pareja asiática. Así que las cuotas mensuales que Jessica recibía por mes para su manutención aumentaron en 5mil dólares. Todo seguía el curso estipulado y no hubieron complicaciones hasta el nacimiento.

Con 38 semanas de embarazo, en diciembre de 2016, Jessica tuvo a sus dos bebés por cesárea previamente acordada. En el quirófano, Jessica no pudo ver nunca a sus bebés, ya que todo ocurrió detrás de una pantalla opaca. Ese mismo día, por la noche, mientras procuraba recuperarse de la operación, la pareja asiática se le acercó para hacerle una visita.

6. Nueva vida

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La pareja le mostró a Jessica una foto de los niños en su celular. Como era de esperar, un bebé tenía rasgos asiáticos, pero lo raro era que el otro no se veía como los padres. Por ser mellizos, ambos bebés no tenían que ser idénticos, así que Jessica no preguntó mucho y lo tomó como algo normal.

Después del nacimiento de ambos bebés, tanto Jessica como la pareja se distanciaron. Jessica aprovechó para recuperarse en su casa. Con el dinero que habían recibido de la agencia, había aprovechado a comprarse una casa nueva. Luego del nacimiento de los mellizos, estaban prontos para empezar con la mudanza.

7. Aclarando dudas

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Justo en el momento que se disponían a mudarse, Jessica recibe un mensaje de la madre de los mellizos. En él, la mujer le enviaba una foto y le confesaba que creía que uno de los mellizos no era hijo suyo. La mujer tenía sus serias dudas, ya que ambos no se veían iguales y no entendía la razón de esto.

A la semana siguiente, los bebés fueron analizados con una prueba de ADN, lo que dio un resultado sorprendente: uno de los bebés no era mellizo del embrión que había sido implantado. Esto significaba que ¡ese bebé era hijo biológico de Jessica y su esposo!

8. ¿Qué había ocurrido?

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Lo interesante de todo era que los embriones tenían también diferente tiempo de gestación. En la medicina, este fenómeno es denominado como la superfetación. Jessica había concebido a otro embrión mientras se le había colocado el óvulo de la pareja. Esta noticia fue tomada por Jessica y su esposo como un balde de agua fría.

Todo esto significaba que uno de los bebés que había entregado a la pareja ¡era su hijo natural! Jessica había seguido al pie de la letra todas las instrucciones que el especialista en fertilización in vitro le había dado. Ambos habían esperado suficiente tiempo para tener relaciones sexuales: debían hacerlo varias semanas después del implante y así fue como lo hicieron. Pero entonces, ¿qué había sucedido?

9. Consternados

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Jessica y su esposo debían esperar varias semanas y recién con el permiso del doctor, pudieron volver a tener relaciones. Además les fue sugerido que usaran preservativos en esos momentos. Es decir que por más que Jessica acatara todas las instrucciones, el preservativo falló.

Tanto para Jessica como para su esposo, esta noticia no era nada fácil de digerir. No podían asimilar que tenían un tercer bebé. Tampoco sabían como prepararse para otro hijo en un tiempo tan corto. Recién acababan de mudarse a su casa nueva y tampoco tenían mucho dinero. Uno podría pensar que la pareja terminó dándole el bebé a Jessica, pero esto no fue nada fácil.

10. Demanda por venganza

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Jessica no sabía que pasaría con toda este impactante descubrimiento. Primeramente procuraron digerir esta noticia lo mejor posible y tomarla como una bendición. Entonces decidieron intentar traerse al bebé con ellos. Pero todo empezaría a complicarse y procurar al bebé no iba a ser tan fácil.

Cuando la pareja asiática se enteró de que uno de los niños no era suyo, alegó que no les interesaba y que querían devolverlo. En ese momento, la agencia contactó a Jessica comentándole que la pareja los había demandado en 22mil dólares por compensación. Lo primero que se le pasó por la cabeza a Jessica fue en que sería mejor dar a su hijo por perdido.

11. Adopción como opción

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Jessica y su familia se encontraban entre la espada y la pared. Habían gastado ya la mayoría del dinero que habían recibido por haber trabajado con la agencia. Al mismo tiempo tenían una demanda por 22mil dólares por compensación de la pareja. Asimismo se sumaba mucho más dinero que debían pagarle a la persona que se hizo cargo de la búsqueda de su bebé.

Debido a que Jessica y su familia habían enfrentado muchos costos con la mudanza reciente, no estaban en condiciones de asumir los gastos de compensación ni los de la agencia. Fue aquí que la agencia le comunicó a Jessica que su hijo sería puesto en adopción.

12. El dilema más grande

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La agencia de subrogación comenzó a buscar padres de adopción para el bebé de Jessica y decidieron entonces “absorber” el dinero de la compensación. Si esto no funcionaba, los asiáticos estaban dispuestos a poner al bebé de Jessica en adopción puesto que aún eran sus padres legales.

Todo podría haber sido tan simple como entregarle a Jessica su bebé. Pero tanto la pareja asiática como la agencia no estaban dispuestos a hacerlo ni tampoco eran de la idea que Jessica se lo merecía. Jessica y su esposo se encontraban bajo uno de los peores dilemas de sus vidas y no sabían cómo salir del paso.

13. En medio de una encrucijada

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Luego de enterarse de que la pareja asiática quería dar en adopción a su bebé, Jessica y su esposo empezaron a perder todas sus esperanzas. Jessica pensó que ya no recuperaría más a su hijo. La agencia la presionaba a pagar para recuperar a su bebé. Al mismo tiempo le decían que si no pagaba, los asiáticos entregarían a su bebé en adopción.

Solamente la idea de tener su propio bebé lejos de ella, en un lugar desconocido y viviendo con otras personas que no eran sus padres, estaba destruyendo a Jessica por dentro. Esto estaba sucediendo por no tener el suficiente dinero o no poder adoptarlo.

14. ¿De quién era el error?

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Así fue como la batalla verdadera comenzó. Jessica y su esposo decidieron endeudarse para recuperar a su bebé. Tuvieron que contratar a un abogado, pero llegó un momento en el proceso en que tuvieron que negociar con la empresa que había contratado a Jessica.

Habían muchas dudas sobre quién era la persona que había procedido de manera incorrecta. Habían opiniones desencontradas. Algunos culpaban a Jessica por no haberse abstenido. Otros culpaban al doctor que llevó adelante la fertilización, ya que les había dado su permiso para tener relaciones. Por otro lado, habían quienes creían que la pareja asiática estaba equivocada, aunque ellos tuvieron que pagar más cuando les informaron que tendrían mellizos.

15. Manipulación

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Jessica y su esposo habían contratado a un abogado que los represente y los ayude a recuperar a su niño, quien se encontraba en la agencia. Jessica nunca le hechó la culpa a la pareja asiática de la horrenda situación creada. De lo que ella estaba segura es que la pareja se había dejado manipular por la agencia.

La teoría de Jessica es que la agencia les metió la idea a los asiáticos de que ella los iba a demandar. Sin embargo, Jessica nunca había insinuado algo parecido. La asiática estaba en tal estado de nervios que comenzó a mandarle todo tipo de mensajes a Jessica.

16. Batalla legal

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Una batalla legal crucial comenzó entre las dos partes. Al finalizar, Jessica comentó que financieramente no le debía nada a la agencia Omega Family Global. Igualmente no habían logrado aún la custodia física de su bebé y esto parecía difícil.

Jessica y su esposo se contactaron en muchas ocasiones con la agencia, pero la respuesta que recibieron fue que los padres adoptivos no tenían interés en firmar el poder del abogado. Luego recibieron otra llamada diciendo que iban a recuperar a su bebé, pero después alguien les informó que la pareja tenía pensado dar al bebé en adopción. ¡No podrás imaginarte cuánto tiempo tardó Jessica en recuperar a su hijo!

17. Motivo desconocido

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Se deconocen las razones por las cuales la agencia Omega Family Global quería negarle a Jessica recuperar a su hijo biológico. Todos las pruebas eran evidentes de que el bebé era su hijo, pero a pesar de eso, Jessica tuvo que pasar uno de los peores momentos de toda su vida.

Después de pasar por una prueba así, Jessica se sincera y advierte que la subrogación ya es de por sí una situación muy complicada que envuelve a muchas personas. Para que todo salga bien, se necesita el apoyo de las agencias, de psicólogos, padres, madres subrogantes, abogados y demás profesionales. Todo el tratamiento debe seguirse con detalle y respeto durante todo el proceso, ya que hay demasiadas emociones involucradas.

18. Lidiar con lo sucedido

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Jessica había traído a los mellizos al mundo el 12 de diciembre de 2016. Tuvo luego tres intentos frustrados para recuperar a su bebé hasta que finalmente, lo pudo tener en sus brazos dos meses después de su llegada al mundo.

El 5 de febrero de 2017, Jessica se reunió con una empleada de la agencia en Menifee, California, en un estacionamiento de la cafetería Starbucks. Allí, Jessica recibió por fin a su hijo, por quien tanto había luchado. Decidieron llamarlo Malachi. A partir de ese momento, no pudo desprenderse nunca más de su hijo, llenándolo a besos y abrazos. Pero tanto Jessica como su esposo tenían que lidiar todavía con toda la resonancia de su experiencia.

19. Haciendo pública su experiencia

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Después de haber vivido una situación tan dramática, Jessica y su esposo decidieron no inscribirse más para ofrecerse como madre subrogante. Lo que les había pasado era muy intenso, pero no se arrepentían de nada.

Si bien tanto Jessica como su esposo no tenían planeado agrandar la familia a corto plazo, la llegada de Malachi la tomaron como una bendición. Arrepentirse de haber sido madre subrogante significaría arrepentirse también de la llegada de su bebé biológico. Y esto no era así. Jessica pretende que las mujeres que quieran anotarse en agencias para ayudar a parejas, tengan en cuenta su historia. Una situación que tiene como fin hacer el bien, termina siendo una pesadilla.

20. Problemas financieros

Jessica y su esposo

A pesar de haber tenido un final feliz con la unión de Jessica con su hijo Malachi, la historia tiene a su vez también su lado oscuro. Si bien la batalla sobre la custodia de su hijo fue ganada, Jessica y su familia se encuentran inmersos en una batalla legal por las deudas enormes que esta “aventura” les generó.

La familia está en una situación crítica, el dinero casi no les alcanza. La agencia les dio la espalda y esto le produce sobre todo a Jessica un estrés emocional. El hecho de que su bebé haya estado durante los dos primeros meses de vida junto con extraños, no deja de perturbarla.

21. Familia completa

Jessica con sus tres niños

Para Jessica y su esposo, estar junto a Malachi fue la mayor bendición que tuvieron. El bebé se integró sin problemas dentro de la familia que lo esperaba con muchas ansias. Malachi tenía ya para entonces diez meses y era muy independiente para un niño de esa edad. Caminaba por todas partes y ya intentaba hablar.

La historia de Jessica salió a la luz casi un año después de lo ocurrido. Al momento de hacerse público y Jessica enfrentarse a los medios, Malachi estaba totalmente integrado dentro de la familia. Jessica y su esposo nunca dejaron de bendecir el momento en que recobraron a su hijo.