El reino insular más grande de la tierra se llama Indonesia. El paraíso tropical tiene una abundancia infinita de impresiones especiales que puedes explorar. Es sólo conocido por unos pocos y, por lo tanto, vale la pena visitarlo. Indonesia fascina con su impresionante naturaleza y cultura. Pero hay lugares que se han convertido en sitios peligrosos, debido a que se encuentran determinadas especies buscando alimentos.
A medida que el tiempo pasa, la situación empeora en las aguas de este país. Aquí te contamos lo que le ocurrió a un grupo de personas: causará que te enamores o te provocará no querer ir más a Indonesia por culpa del miedo.
1. Belleza inigualable
Cada isla que compone Indonesia es un mundo propio. Tienen una flora y fauna diferentes, costumbres, religiones, estilos arquitectónicos y otras atracciones que vale la pena conocer. Con respecto al mundo animal, es muy frecuente observar ballenas en su hábitat por las costas insulares y también por sus playas.
Los turistas que arriban a Indonesia lo hacen sobre todo por las hermosas y paradisíacas playas. Ellas tienen una belleza inigualable y atraen a miles de viajeros todos los años. Los visitantes también tiene la oportunidad de charlar con buceadores experimentados. Tal es el caso de Julian Dunggio, quien será el gran protagonista de nuestra historia.
2. Secretos bajo el agua
Los pescadores de las islas aprovechan la masa de turistas para ofrecer variedades de viajes en barco. Sin embargo, estas expediciones nunca saben exactamente lo que les espera debajo del agua. Los animales en esta parte del globo son muy variados y también muy impredecibles, tanto en el agua como fuera de ella.
Julian Dunggio es un buceador muy experimentado, que pasea desde hace muchos años a visitantes por el mar. De esta manera, los viajeros reciben la posibilidad de conocer la flora y fauna de esta región del planeta. ¡Pero lo que nadie sabía era que Julian se toparía con algo que nunca hubiera pensado!
3. Algo impensado
Muchas personas quisieran estar en la piel de Julian y poder mostrar los encantos de ese paraíso. Pero lo que muchos no saben es que la profesión de buzo conlleva muchos riesgos e inesperadas situaciones. Además, en Indionesa no es común poseer un seguro para la práctica de este tipo de actividades, lo que provoca que una complicación a la hora de trabajar.
La idea de Julian era mostrarle a los turistas el mar y su belleza lo más cerca posible. Lo que no había imaginado nunca es que ¡esta vez estarían tan cerca de una criatura marina como nunca antes se lo hubiera imaginado!
4. Misterio bajo el agua
Julian estaba con un grupo de turistas disfrutando del paisaje, cuando se dió cuenta que algo se estaba moviendo debajo del agua. Realmente no podía descubrir lo que podía ser. Era algo que se movía pero al mismo tiempo, se quedaba en un mismo lugar. Siendo un buceador experimentado, Julian no tenía miedo de bajar al agua y descubrir lo que se movía.
La curiosidad le ganaba y quería descubrir al animal que causaba esos movimientos. Así que se dispuso a descifrar ese misterio. Estaba tan ansioso, que saltó sin pensarlo al mar para averiguar qué criatura estaba cerca de ellos.
5. Sorpresa sobre el agua
Después de haber saltado, Julian se dio cuenta de que no lo debería haber hecho. Si bien los turistas quedaron muy sorprendidos de su proceder, el buceador estaba arrepentido de haber sido tan espontáneo. Felizmente, Julian era muy valiente como para tener miedo.
Antes de saltar, los pasajeros le habían recomendado que no lo hiciera ya que habían visto una aleta grande saliendo fuera del agua. No estaban seguros de lo que podía ser, pero pensaban que podía tratarse de un tiburón. Pero la curiosidad de Julian era demasiada y no quería perderse esta oportunidad de vivir esta única experiencia.
6. El amor por los animales
Julian es una persona que ama a los animales. Si alguno de ellos llegara a estar en apuros, Julian no dudaría ni un segundo en ayudarlos, independientemente de lo peligroso que sean. El animal que estaba debajo del agua no era un tiburón, por suerte. Pero se trataba de otro animal que también lo podría haber matado en un abrir y cerrar de ojos.
¡Se trataba de una orca gigante! Había algo raro en ella, ya que el animal no se movía. Parecía que estuviera atascada con algo y no se podía desplazar. Cuando Julian llegó al lado de ella, descubrió qué le pasaba al animal.
7. Atrapada bajo el agua
La orca estaba inmovilizada por las redes de pescadores que estaban alrededor de ella. Julian llamó enseguida a uno de sus conocidos pescadores para que lo ayudara a liberarla. Sabía que tenía que sacarla lo antes posible si deseaba que el animal sobreviviera. La orca se encontraba a poca distancia del barco con turistas. Tenían que procurar acercarse al animal lo más cerca posible para ayudarla.
La orca estaba muy asustada y se sentía insegura. Por esta razón intentó ahuyentar a Julian y al pescador para que no se le acercasen demasiado. Pero si el animal quería estar libre nuevamente, tendría que dejarlos aproximarse para socorrerla.
8. Peligro desconocido
Los turistas estaban muy sorprendidos de aquel espectáculo. Muchos de ellos visitaban Indonesia por primera vez y nunca olvidarán el episodio que vivieron en ese momento. La orca, al estar asustada, comenzó a largar agua para impedir que se le acercasen. Julian comenzó a desenredar las redes que la tenían atrapada. No podía adviniar cómo se comportaría el animal mientras estuviera liberándola.
La reacción de la orca era impredecible. Estaba cada vez más nerviosa, lo que era totalmente comprensible. Julian tenía que tranquilizarla. La pregunta era: ¿cómo? Todos sabemos como calmar a un gato o perro. Pero ¿cómo se tranquiliza a una orca?
9. Desenredando a la orca
Julian se llenó de valor, se acercó a su aleta y se dispuso a comenzar a acariciarla. No sabía si esto la calmaría o provocaría el efecto contrario. Julian sabía que lo que intentaba era muy arriesgado, pero finalmente ¡funcionó! El animal se calmó y ayudó a los rescatistas a cortar todas las redes que la tenían inmovilizada.
En cuanto terminaron de cortar los tejidos, Julian se dio cuenta de que tenía que hacer todavía algo muy peligroso. Julian desapareció debajo del agua en un determinado momento. Todos los turistas quedaron muy asustados ya que no sabían qué pasaría a continuación.
10. Final para Julian incierto
Uno de los turistas pensó que Julian había sido tocado por el animal o incluso que le había ocurrido algo peor. El último momento en que habían visto a Julian con vida fue cuando respiró profundamente sumergiéndose bajo el animal para poder liberarlo. Su valentía era inigualable pero nadie sabía cómo terminaría la historia ya que la reacción de la orca era imprevesible.
Al romper las redes para salvar a la orca, los pescadores perdieron las 2 toneladas de peces que habían atrapado. Pero eso no importaba, todos querían liberar al animal. Para sopresa de todos, una vez que la orca quedó liberada, no escapó como todos habían pensado.
11. Valentía por libertad
Al ver que la orca no se movía, Julian tomó un palo largo para preservar el animal lejos del barco. Ella no había entendido todavía que estaba libre pero con ese golpe, lo comprendió. Inmediatamente se escapó hacia el oceano. Julian no necesitaba ningun agradecimiento de su parte, sabía que gracias a él, ella pudo recuperar su libertad.
Tanto Julian como el resto de la población de Indonesia saben lo importante que es la preservación de la flora y fauna de su país. Este mensaje se lo llevaron todos los turistas ese mismo día al ver la valentía de los hombres al querer salvar a la orca atrapada.
