Skip to content

La estafadora con más glamour de la historia

Bild: Roman Samborskyi / Shutterstock.com

Anna Delvey era para todos esa amiga fashion, elegante, culta y millonaria que mucha gente se quería rodear. Su simpatía, carisma y originalidad la hacía muy popular. Constantemente se rodeaba de personas de alto nivel, ejecutivos, artistas y famosos.

Vivía de viaje y subía fotos a sus redes sociales en yates, aviones privados y helicópteros. Según ella, su fortuna venía de su familia en Alemania y ella la disfrutaba y la gastaba a su antojo. Sin embargo, luego de un tiempo, su credibilidad se empezó a derrumbar y su dinero también. A continuación, la historia de uno de los engaños más espectaculares de la historia.

1. El misterio que la acecha

Su historia la vendía muy bien. Nadie podía dudar que esa mujer, tan culta (hablaba varios idiomas) con pasaporte alemán, con prendas de vestir de miles de dólares fuese otra persona. En muchos círculos de la élite, de la alta sociedad de Nueva York la conocían.

La invitaban a eventos ya que la habían visto en fiestas o con personas conocidas. Así se formó una bola que no paró por mucho tiempo. Las personas recibían muchas veces, historias distintas de su origen y cómo llegó a parar en Estados Unidos, pero no les importaba. Ella predicaba todo lo que decía ser y se lo creyó tanto que hizo que las demás personas también lo hicieran.

2. La millonaria heredera

Muchas veces en la vida las cosas se dan por un tema de timing. Es decir, estar en el lugar correcto al momento indicado. Esto parecía acontecerle casi siempre a Anna Delvey y de forma espontánea, aunque en realidad estaba todo pensado.

Tanto era así y tan bien se había sabido rodear que llegó un punto donde se alojó en un hotel en el barrio Soho de Nueva York, uno de los más caros y no se le pidió ni siquiera tarjeta de crédito como garantía. Eso resultó en una de las tantas estafas y de personas que en el futuro Anna le quedó debiendo dinero.

3. Endulzando con propinas

Creemos que Anna siempre quiso ser una celebridad y que la atiendan como a ellas. Iba a los hoteles y nada parecía importarle. Pedía servicio a la habitación sin preguntar el precio y gastaba dinero libremente. Mientras seguía el engaño, ella vivía como una reina y hacía a las personas que trabajasen para ella unas princesas.

Tanto así que se hizo muy amiga de la encargada de uno de los hoteles más glamourosos del barrio Soho, Howard 11. Le dejaba propina básicamente todos los días y en montos que ascendían los 100 dólares. La encargada le llamaba la atención una persona tan generosa y que se quedase tanto tiempo en el hotel.

4. Aristocracia en la ciudad

Bild: Ryan DeBerardinis / Shutterstock.com

Para la encargada del hotel, llamada Neff Davis, había huéspedes que valían la pena explotar y una de ellas era Anna Delvey. Se hizo amiga de ella con un objetivo: el que la ayude a despegarse de su carrera profesional.

Todos los días charlaban y Anna le pedía recomendaciones a dónde ir a comer y dónde salir. Esto le pareció raro a Neff, ya que a cada lugar que iba, Anna parecía ya conocer el ambiente y la gente. Sin embargo, seguía maravillada con la idea de que alguien aristócrata tuviese tanto contacto con ella, nunca le había pasado algo igual.

5. Fuerte amistad

Según Neff, la vida de encargada consiste en solucionarle la vida a los clientes. Además, hay un par de tareas no especificadas como el de escucharlos, hacerles compañía y estar ahí para lo que necesiten.

Muchas veces, son huéspedes que viajan solos y precisan simplemente compañía. Eso hizo con Anna. Sin embargo, subió un nivel que no estaba acostumbrada y empezaron a salir a comer y a bailar juntas como si se fuesen amigas de toda la vida. Anna se convirtió, más que sus amigas verdaderas, en una presencia en su vida dentro y fuera del trabajo, las 24 horas del día

6. El dinero habla más que las dudas

Bild: lunopark / Shutterstock.com

Como dice el título, eso fue exactamente lo que le pasó a Anna. Luego de quedarse varias semanas en el hotel sin mostrar aún la tarjeta, nadie sospechó que nunca iba a pagar sus cuentas. Los empleados se peleaban por atenderla, sabiendo que les iba a dejar excelentes propinas.

En ese momento a todos se les iban sus dudas y no cuestionaban ningún accionar. Inclusive los paquetes sospechosos que llegaban a nombre de ella los hacían pasar. Le eran flexibles con las horas del hotel como por ejemplo de desayuno y así como las formas y horarios de entrar y salir.

7. Rodeada de celebridades

Bild: Kathy Hutchins / Shutterstock.com

La encargada del hotel no creía lo que veía: a todos lados donde iba, Anna sacaba efectivo y le daba propinas a todo el mundo. A su vez, organizaba eventos de cena en uno de los restaurantes más famosos de la zona, Le Coucou y siempre venían estrellas.

Desde jefes editores de revistas de modas, hasta actores como el de «Mi Pobre Angelito» Macaulay Culkin hasta celebridades internacionales, dueños de las discotecas más famosas de Nueva York y atletas. Con este tipo de eventos, Anna se ganaba futuras invitaciones a las exhibiciones de moda y eventos de museos más importantes.

8. Excelente relaciones públicas

El acento encantador, las sonrisas y las relaciones públicas. Esa era la fórmula secreta de Anna para lograr sacar lo mejor de la gente. Se descubrió posteriormente que usaba esos talentos además para engañar. Por ejemplo a un amigo de ella que lo convenció para irse de vacaciones juntos y al llegar se «olvidó» su tarjeta de crédito. Le dijo que le iba a devolver el dinero pero claramente nunca más llegó.

Sabía como entrarle a las personas. De tez blanca, parecía una muñeca de porcelana. Usaba grandes anteojos que resaltaban más esos ojos brillantes y endulzaba a cualquiera alrededor suyo.

9. Eventos correctos

Bild: Artem Ermilov / Shutterstock.com

En una ocasión, logró llegar a Berlín en un avión privado. Se bajó usando atuendos caros y se dirigió con chófer a un evento exclusivo. Una vez allí, se encontró con amigos de Estados Unidos inclusive un tal Saleh, director de Marketing para una empresa conocido. Él comentó en entrevistas posteriores que en ese tipo de fiestas hay muchos niños ricos que no tienen lo que hacer.

Todos se conocen, hacen como si fuesen mejores amigos ya que se ven en varios eventos, pero al final del día nadie pregunta lo que uno o el otro hace. Se saludan, sonríen y disfrutan.

10. Olvidadiza

Bild: Nicoleta Ionescu / Shutterstock.com

Una jugada que no fallaba nunca al nivel y en los círculos donde se movía era alegar que se había olvidado el dinero. Como sabía que sus amigos eran ricos, ninguno le iba a protestar ya que les podía pasar a todos. Una vez se fue con un íntimo colega suyo, el coleccionista de arte Michael Xufu Huang a Venecia.

Anna pidió que Michael saque los pasajes y el hotel juntos así era más fácil y luego al llegar allí pagaba todo con efectivo alegando que se había olvidado la tarjeta. Al fin y al cabo, para Michael no era gran diferencia pagar las otras cosas.

11. Cumpleaños feliz

Era su cumpleaños y quería celebrar a lo grande. Aparte de ser una excelente relaciones públicas, contrató a una empresa para manejar la prensa, invitaciones y asesoramiento de imagen. Claro está, Michael su amigo estaba invitado.

El cumpleaños fue un éxito, la gente la pasó espectacular pero al final de la semana, su amigo coleccionista recibió un mensaje de la agencia: «¿Anna no ha pagado, sabes qué ha pasado con ella?» Ahí fue donde todo empezó a cerrar y comenzó un espiral hacia una caída estrepitosa a la ruina, verguenza y destierro total. La fiesta sin embargo, le quedó para el recuerdo.

12. Teorías

Bild: Andrey_Popov / Shutterstock.com

Todo el mundo comenzó a preguntarse qué hacía Anna y de qué vivía. Michael averiguó con amigos suyos y se dio cuenta que todos tenían una historia diferente. Unos decían que su familia estaba en la industria petrolera, otros que eran diplomáticos, otros que era una heredera. Había varios gatos encerrados que no tenían sentido entre si.

Todas las teorías estaban equivocadas. Pese al aumento de interés en su vida, Anna no entró en pánico sino que lo contrario. Le encantaba ser tema de conversación en la alta sociedad y usó eso como ventaja, haciendo chistes de lo que las personas pensaban de ella.

13. Meta final

Bild: Pla2na / Shutterstock.com

El gran objetivo de Anna para consolidarse en la sociedad era crear un club para privilegiados, exclusivo, de arte. Todo ello bajo el nombre de una fundación que llevaría su nombre: Fundación Anna Delvey. Contactó a un creativo inglés famoso, Marc Kremers, para ayudarla a desarrollar el concepto y la marca. Aparte de ello, buscó locales en la Gran Manzana para establecerla.

El gran problema es que la propiedad en Nueva York es carísima e iba a necesitar millones de dólares. Consiguió, nuevamente por sus conexiones ricas, alguien dispuesto a ayudarla con el tema de los préstamos bancarios.

14. Juntar dinero

Bild: JStone / Shutterstock.com

Para conseguir dinero, alegó que sus bienes estaban fuera de Estados Unidos y de momento no podría sacarlos, pero que estaban todos a su nombre y en algún futuro cercano los iba a tener. Les pidió dinero a amigos y llegó a un criminal de cuello blanco llamado Shkreli, famoso ya que aumentó el costo de uno de sus medicamentos en un porcentaje altísimo para poder lucrar más.

Actualmente se encuentra en prisión. Sin embargo, dijo que Anna lo convenció de invertir mucho dinero en su fundación y que lo hizo porque muchas personas del entorno lo estaban haciendo.

15. Estructura frágil

Bild: GaudiLab / Shutterstock.com

Pese a no tener fondos, Anna estaba decidida a dejar una marca en la sociedad. Iba con todas las esperanzas y energías a tener su propia fundación. Según la encargada del hotel, la «heredera» se encontraba las 24 horas del día al teléfono con abogados, encargados, relaciones públicas y constructores para su próximo local.

Una de las tantas noches que salieron juntas, Anna dijo que ella pagaba. Al momento de pagar, le fueron rechazando sus tarjetas de crédito. Primero una, luego otra y así sucesivamente hasta llegar a las 12 tarjetas rechazadas. Tuvo que pagar la encargada y ahí comenzaron las dudas…

16. Alarmas

Esta situación hizo que Neff, la encargada del hotel, levantara sus sospechas con el dueño del mismo. Casualmente, también era dueño del local que Anna quería alquilar para su fundación de arte, por lo que la trataban como un huésped VIP.

Sin embargo, se dieron cuenta que luego de un mes, todavía no había hecho la transferencia que les había prometido. Tampoco se le había cargado ningún monto a la habitación. Lo único que había soltado Anna de dinero eran propinas constantes de 100 dólares para mantener contentos a todos los empleados que la venían atender. Eso la hacía un ser muy querido en el lugar.

17. Enfrentamiento

Bild: Mangostar / Shutterstock.com

Por más que fueran amigas, Neff seguía con su posición de encargada del hotel y tenía que enfrentarla por su falta de pago. A esas alturas, sus deudas ascendían a más de 30.000 dólares. Para ese momento, Anna alegó que la transferencia estaba en camino y logró de alguna forma que ese dinero llegara finalmente al hotel.

Las aguas se calmaron, pero el Hotel Howard dejó de ser flexible y le exigió una tarjeta válida de crédito, de lo contrario le anularían el código de la habitación y no la dejarían entrar más. No pudo presentar una tarjeta y pasó lo que habían dicho. Anna no lo podía creer pero igual tenía su táctica para salirse con la suya…

18. ¿Más gastos?

Sintiéndose ofendida con el hotel, se fue de vacaciones con amigas a Marruecos. Por su condición de «heredera» y socialité no podía creer que la dejaran afuera. Sin embargo, una vez más probó tener los recursos necesarios para viajar y seguir gastando. Dijo que iba a comprar los dominios web del hotel para que luego le tuvieran que pagar a ella por los derechos.

Una de sus amigas tuvo que volverse antes del viaje y la dejaron a Anna sola y sin dinero! Le pidió a su amiga que le preste el número de tarjeta ya que la suya no funcionaba y ella lo hizo.

19. Sin hogar

Bild: IVY PHOTOS / Shutterstock.com

A la vuelta en Nueva York, deambuló por varios hoteles usando su estrategia pero solo le funcionó unos días ya que todas sus tarjetas estaban siendo rechazadas. Le pidió a su entrenadora y amiga que la dejara dormir en su casa. Ella accedió.

Sin embargo, la otra de sus amigas que había ido a Marruecos con ella tuvo que pagar más de 60.000 dólares por la estadía de Marruecos y este fue el momento en que las dos confrontaron a Anna. Se dieron cuenta de que las había engañado y las había hecho pagarles todas sus vacaciones y comprar su amistad.

20. Punto de quiebre

Ya para ese momento, sus círculos cercanos estaban alertados de la situación y todos habían tenido situaciones parecidas. Se sintieron engañados por esa joven bella, elegante y simpática. Anna le pidió a sus abogados quedarse en sus casas pero nadie aceptó. Sin embargo le tendieron una trampa: la citaron para comer en un restaurante y cuando llegaron estaban todas las personas a las cuales Anna les debía dinero.

Anna comenzó a llorar y a decir que ya les iba a pagar a todos, luego de que le dieran el local. Ahí le revelaron que el local para la fundación se lo habían dado a otra persona pero Anna no lo podía creer. Decía que eran noticias falsas.

21. La fantasía sigue

Anna fue arrestada por no haber pagado las facturas correspondientes de sus hoteles. Sin embargo, consiguió salirse con la suya luego de salir bajo fianza. Cómo pagó el abogado y la fianza es un misterio que hasta el día de hoy sigue sin resolverse.

En vez de salirse del ojo de la tormenta, se las arregló para hacer un viaje a California, a la exclusiva área de Malibú, donde se encuentran muchos millonarios. Luego de que la descubrieron de que seguía gastando dinero de otros, la forzaron a volver a Nueva York y la condenaron a prisión sin posibilidad de salir bajo fianza.

22. La verdad

Bild: Eviart / Shutterstock.com

Luego de que la noticia de Anna saliera a luz, la sociedad y en especial sus ex amigos se quedaron con la intriga que les venía acechando hace mucho tiempo: ¿Quién era Anna? ¿Ese era su verdadero nombre? ¿Cómo había llegado a infiltrarse en la sociedad de esa forma?

Su nombre real era Anna Sorokin. Nacida en Rusia en el año 1991. Por el año 2007 su familia, de clase media, se mudó a Alemania, de allí su invento de que era heredera alemana. Luego de pasar por el juzgado, intentó seguir engañando a los jueces para que le redujeran su condena pero sin éxito alguno.

23. Actualidad

Bild: Rawpixel.com / Shutterstock.com

Anna se encuentra encarcelada en Nueva York pero su vida sigue. Dicen que no le molesta tanto estar allí ya que encuentra a los residentes de la misma interesantes. Se ha hecho amigos y su calidad de las relaciones públicas sigue vigente.

Luego de realizar su condena va a ser deportada automáticamente a Alemania, ya que en su momento había pasado su tiempo de estadía de su visa americana. Aparte, están por lanzar una serie sobre ella en Netflix. También está escribiendo sus propias memorias, de su tiempo en Nueva York así como su tiempo en prisión. Parece que la magia y mística de esta estafadora va a seguir darnos que hablar durante un tiempo más.