Como salida de una película de Disney, la historia de este cachorro chihuahua es prueba de que ser familia no significa tener la misma sangre o ni siquiera ser de la misma especie. Al igual que los humanos, los cachorros y gatitos necesitan de una madre que los proteja y alimente las primeras semanas de su vida. Pero ¿qué se puede hacer en caso de que la madre haya fallecido?
Esta es la historia de Bobby, quien perdió a su mamá cuando era cachorro, pero encontró una segunda familia que le dio todo el cariño y cuidado necesario. Una segunda oportunidad de vida. Asombrosamente, se trata de una adorable mamá gata que acababa de tener una camada de gatitos.
1. Una segunda oportunidad
En una tarde de abril como cualquier otra, en la orilla de la carretera se encontraba Bobby, un cachorro que tenía solo un par de días de haber nacido. Su madre acababa de ser atropellada por un automóvil que circulaba por la vía. Una persona se dio cuenta de que él se movía entre los arbustos y decidió ayudarlo.
La vida de este cachorro se encontraba en el limbo, necesitaba de una madre lactante para crecer sano. Inmediatamente, Bobby fue llevado a la Sociedad Protectora de Animales en Michigan con la esperanza de que allí pudieran encontrar un nuevo hogar para este pequeño cachorro.
2. La solución no era tan fácil
Cuando Bobby llegó al refugio, los veterinarios pensaron en la posibilidad de alimentarlo con leche de fórmula. Sin embargo, este cachorro era muy pequeño y alimentarlo con biberón traería una serie de riesgos y complicaciones para su vida y el refugio.
Debido a su corta edad, el cachorro requería constante atención y no tenía horarios establecidos para comer. Su apetito iba y venía todo el tiempo, lo que presentaba un inconveniente, ya que el refugio no contaba con la disponibilidad o los recursos para cuidar de Bobby las 24 horas del día. Las opciones de este adorable cachorro parecían ser limitadas.
3. Las opciones de Bobby
Los cachorros, al igual de cualquier otra cría recién nacida necesitan a su madre para sobrevivir. Sin embargo, en su ausencia, una madre adoptiva puede hacerse cargo de ellos. En algunos casos hemos visto como las personas ayudan con la alimentación y cuidados básicos de cachorros. Pero proporcionar los cuidados que estos bebés necesitan es un trabajo que los mismos animales hacen mejor.
En las primeras semanas los cachorros no pueden regular su propia temperatura corporal y necesitan de los nutrientes de la leche materna, que difieren sustancialmente de la leche de fórmula. Es aquí donde una madre adoptiva adquiere gran importancia.
4. La madre adoptiva de Bobby
Bobby necesitaba una nueva madre. Esta tarea habría sido muy sencilla si en el refugio hubiera habido otra camada de cachorros con su madre. Pero este no era el caso.
Afortunadamente, en el refugio se encontraba Gwen, una gata que acababa de tener cinco adorables gatitos. Aunque no es muy común hacer esto, el cachorro fue introducido a la mamá gata y a los gatitos. Tras unos cuantos olfateos y miradas. Gwen aceptó con entusiasmo al cachorro como uno más de su camada. Su instinto de madre sabía que debía cuidar de Bobby y darle el cariño para que creciera sano.
5. Un hogar de paso
Cuidar de una camada no es trabajo fácil, se requiere de mucha atención, paciencia y un espacio tranquilo en el que los bebés y, en especial, la madre gata no se sientan estresados. Pensándolo dos veces, el refugio de animales no era el lugar indicado para una madre y sus crías. Por esto los trabajadores del refugio buscaron un hogar que recibiera a Gwen y su camada, incluyendo a Bobby, por un tiempo mientras crecían las pequeñas crías.
En el nuevo hogar de paso, este grupo de peluditos estaba siendo atendido con todos los lujos y suficiente espacio para crecer y jugar juntos. Luego de que Gwen, las crías y Bobby estuvieran lo suficientemente saludables y fueran un poco independientes, regresarían al refugio para ser puestos en adopción.
6. Cuidando a Bobby
Te fascinará saber lo buena madre que Gwen es con sus gatitos y Bobby. Por instinto, esta gata mamá esta totalmente capacitada para cuidar de su camada y, ahora, de Bobby también. A pesar de que el cachorro no es un felino, sus necesidades en la primera etapa de su vida son muy similares a la de los adorables gatitos de Gwen.
Ella sabe muy bien cuándo y cómo alimentarlos, cómo bañarlos y, sobre todo, cómo darles el calor que requieren. Entonces, los cuidados que las personas deben dar no son directamente a las crías sino a la madre gata. Por ejemplo, en el hogar de paso le hacían a Gwen la tarea de ser madre mucho más fácil al brindarle comida nutritiva y un espacio amplio para ella y sus bebés.
7. Su nueva familia
Una hermosa madre y cinco hermanitos, la nueva familia de Bobby es tan dulce como parece. Sin ningún problema, Bobby se había acostumbrado a sus nuevos hermanos y madre, a su nueva vida. Se le veía crecer sano, se alimentaba con gusto y jugaba con sus hermanitos peludos cada vez que podía.
Entre varios videos y fotos publicados por el refugio, que se han hecho virales en las redes, podemos ver a Bobby y los gatitos siendo traviesos, juguetones o durmiendo juntos. Entre lo más adorable, están las imágenes de cuando duermen y se ve a Bobby acurrucado junto a Gwen.
8. Creciendo juntos
Los perros y los gatos se diferencian en muchas formas. Sobre todo, en cómo se comportan y relacionan con los demás. A pesar de que Bobby todavía estaba muy pequeño, crecer con una familia de gatos le pudo haber dado algunas ideas de cómo comportarse.
Entre los hábitos más adorables de los gatos, y que probablemente Bobby haya aprendido de su madre y hermanos, están tomar siestas varias veces a lo largo del día, sentarse con sus brazos y piernas recogidos debajo de su cuerpo, y ver un gran potencial de entretenimiento en cada caja o bolsa vacía. Pero lo más importante es que creció con un corazón lleno de amor.
9. Una nueva etapa en la vida de Bobby
En la vida de todos los bebés llega la etapa en la que comienzan a ser curiosos y a explorar. Sin embargo, nunca esta de más un empujoncito. Luego de unas cuantas semanas, los gatitos y Bobby comenzaron a imitar los hábitos de su madre.
Se acercaban con curiosidad a su comedero, hacían sus necesidades sin ayuda y caminaban por todos los lugares a los que pudieran llegar. Progresivamente comenzaron a abandonar la leche materna y a comer alimentos sólidos. Desde aquí, Bobby comenzó a ser más independiente, ya había alcanzado la madurez suficiente para ser adoptado. Era hora de regresar al refugio.
10. Nuevos amigos
Tras volver al refugio, Gwen, los gatitos y Bobby fueron puestos en adopción. En el tiempo en que Bobby estuvo en el refugio esperando a que su nueva familia llegará por él, tuvo la oportunidad de compartir tiempo con otros perros. Aprendiendo a comportarse e interactuar como ellos. Eso si, sin olvidar a su madre y hermanos gatunos.
En el refugio aprendió a jugar a la pelota y a olfatear todo lo que estuviera a su paso. Los trabajadores no podían estar más orgullosos del trabajo que Gwen había hecho criando a Bobby y de lo sano y fuerte que él había crecido.
11. En busca de un hogar para el resto de su vida
Llegó el final feliz de esta historia, luego de varias semanas en el refugio, Bobby fue adoptado por una familia que se comprometió a cuidarlo y darle todo el cariño que merece. Lemmy, como su nueva familia lo llama, ahora vive en la comodidad de una casa junto a sus humanos favoritos.
Como él, hay muchos más animales esperando que una familia los adopte. Puedes visitar el refugio de animales en tu ciudad y adoptar a tu próximo mejor amigo. Entre perros, gatos, conejos y hasta caballos, estos animales están en busca de una nueva familia donde puedan vivir rodeados de alegría y amor. ¿Qué estas esperando? Anímate a adoptar.
