Skip to content

Le dijeron que su vestimenta no era adecuada para la escuela… Y su padre se enfureció

Bild: Lissandra Melo / Shutterstock.com

Todos recordamos nuestros años en la escuela secundaria. Chicas, chicos, fiestas, amores y peleas. No es extraño que guardemos los mejores recuerdos de nuestras vidas de aquellas épocas de despreocupación y felicidad, cuando la vida era todavía una caja de sorpresas. Pero no siempre sucede así… Algunas personas sufren las mayores humillaciones de sus vidas durante la adolescencia.

Esta es la historia de Demetra, una adolescente de 13 años, y su padre Tony. Ella asistía a una escuela secundaria en Los Gatos, California, cuando un episodio le hizo pasar un momento muy vergonzoso a raíz de la vestimenta que había elegido llevar aquel cálido día de verano.

1. Otro día de escuela en la cálida California

Aquella mañana no tuvo nada de extraordinario: Tony, un agente de bienes raíces y banquero de inversión, dejó en la escuela Raymond J. Fisher a su hija de 13 años Demetra. Era un día muy caluroso en Los Gatos, California, y Demetra decidió ponerse un atuendo liviano acorde a la temperatura exterior de más de 30°C. ¿Qué podría salir mal? ¡A nadie le gusta pasar calor en las clases de historia!

La secundaria Raymond J. Fisher tiene una política de no uniforme escolar, es decir que los estudiantes pueden asistir a clase con ropa de calle. Sin embargo hay algunas reglas sobre la vestimenta que deben cumplirse.

2. Vestimenta “inadecuada”

Cuando llegó a clase, Demetra no se imaginaba que aquel día viviría una de las situaciones más vergonzosas de su vida. De inmediato la señalaron en la clase y un maestro le indicó que su vestimenta no era la adecuada para llevar a la escuela.

Demetra se sintió muy avergonzada. Ella solo había elegido un atuendo que la mantuviera fresca durante las clases para no sufrir el calor sofocante. Pero una vez que la vieron las autoridades de la escuela, le ordenaron que se cambie de ropa para poder asistir a clase ese día. Lo que jamás se hubiese imaginado es que todo aquel embrollo llevaría a un enfrentamiento entre las autoridades de la escuela y su padre.

3. Allí comenzaron los problemas

Demetra se sorprendió del proceder de la escuela ante esta situación tan absurda. ¿Quién podría reprenderla por querer estar cómoda y liviana en un día de tanto calor? Pero las autoridades de la escuela argumentaron que aquel vestido no se adecuaba al código de vestimenta de la institución. El director le explicó que si quería permanecer en la escuela debía cambiar su atuendo.

Sin más remedio, Demetra se vio obligada a llamar a su padre para que le llevara otra muda de ropa que se ajuste más al código de vestimenta. Tony se sorprendió mucho del llamado de su hija. No comprendía que tenía de malo el vestido azul con el que su hija había salido de casa esa mañana.

4. El nuevo atuendo

Tony creyó que lo mejor sería aceptar el pedido de su hija para que no pasara un mal momento y llevarle una nueva muda de ropa. Eligió algo que, según su criterio, era apropiado para usar en la escuela un día de 30°C: pantalones cortos y una camiseta tipo musculosa.

Luego de cambiarse, Demetra y Tony le mostraron al director la nueva vestimenta y para su sorpresa, el director insistió en que seguía siendo inadecuada. La situación estaba a punto de escalar de una forma que nadie habría previsto. Tony, furioso, pidió al director que le dé explicaciones de qué había de malo en que una adolescente de 13 años llevara esa ropa a la escuela.

5. La “prueba de la punta de los dedos”

El director explicó que esas prendas cortas violaban el código de vestimenta de la escuela. ¿La razón? Ninguno de los dos atuendos pasaría la prueba de longitud conocida como la “prueba de la punta de los dedos”. Para eso, la alumna debe colocar los brazos hacia abajo pegados al cuerpo y si sus pantalones llegan hasta más abajo que la punta de sus dedos, se considera que esa prenda se ajusta al código de vestimenta.

Demetra se sometió a esta prueba pero sin éxito, pues sus pantalones quedaban por encima de la línea de sus dedos. Sin embargo, su padre no iba a permitir que su hija recibiera semejante humillación por esa prueba absurda y sospechó que el director le ocultaba algo…

6. Una verdad incómoda

Ante la insistencia de Tony, que estaba enfurecido por el mal momento que estaba pasando su hija, el director finalmente le dijo la verdadera razón por la cual se había generado aquel conflicto. Las autoridades consideraban que las chicas con atuendos demasiado cortos podrían significar una distracción para los chicos.

Tony ya había escuchado demasiado. La explicación le pareció simplemente patética. El problema no era que su hija llevaba ropa inapropiada o que violase el código de vestimenta de la escuela, ¡más bien el problema era que Demetra era vista como objeto de distracción para sus compañeros! ¿Era esa una explicación lógica y justa para una niña de tan solo 13 años?

7. El punto cúlmine

Cuando Tony vio que su hija se sentía tan humillada que comenzó a llorar, tuvo suficiente. No podía aceptar semejante explicación del director. Además, Demetra argumentó que era muy injusto que el código de vestimenta solo se aplique para las chicas y no para los chicos. También señaló que hay una regla que prohíbe llevar sombreros a clase, pero los estudiantes los usan todo el tiempo y nadie les ordena que se los quiten.

El director se puso firme: si Demetra no se cubría las piernas, no podría volver a clase. No les quedó más remedio que volver a su casa y buscar un nuevo cambio con pantalones largos, pero la cuestión no iba a quedar así…

8. Participación activa

Tony no iba a quedarse de brazos cruzados y decidió ir más allá de la discusión con el director para tratar de hacer un cambio en su comunidad. Comenzó a detectar una serie de fallas en el sistema y a conversar con los amigos de su hija. Quería saber cómo se sentían otros estudiantes ante esta situación tan injusta.

Los compañeros de Demetra le dijeron que les parecía injusto y que el sistema era discriminatorio para las chicas. Todas las mañanas, al llevar a su hija a la escuela, Tony suele ver cientos de infracciones del código de vestimenta, pero las autoridades parecían tener algo solo contra Demetra.

9. El caso llegó a los medios

Tony no dudó en llevar su caso a los medios de comunicación con el objetivo de generar un debate. Él cree que los padres son quienes deberían aprobar la vestimenta de sus hijos para ir a la escuela. Además, afirma que es totalmente injusto que las autoridades educativas castiguen a las chicas con más frecuencia que a los chicos y que el código de vestimenta sea más restrictivo para las alumnas mujeres.

Muchos padres opinaron que no es justo responsabilizar a las chicas por el comportamiento de los chicos y que es ridículo sacrificar su libertad y confort debido a estos prejuicios. Entonces, Tony propuso que el código de vestimenta cambie y se adapte a la realidad de hoy en día.

10. Una respuesta insatisfactoria

Aunque algunos padres expresaron que si se les permitiese a los adolescentes vestirse como ellos quieran seguramente se generaría caos en las escuelas, la mayoría apoyó a Tony en su idea por cambiar algunas reglas del código de vestimenta fundadas en la objetivación de las niñas. Y ya eran muchas personas las que se pusieron del lado de Tony y Demetra…

Pero la escuela no dio el brazo a torcer. La respuesta del director fue que el objetivo del código de vestimenta es establecer determinadas pautas de conducta con el fin de tener un mínimo de decoro razonable. Además, señaló que él cree que las reglas impuestas en cuanto a la vestimenta son justas y que no tiene intención de modificarlas.

11. El debate continúa

Tony y Demetra aceptaron la derrota, pero el debate continúa. Esta situación puso al descubierto una serie de injusticias a las que los adolescentes deben enfrentarse a diario. En los últimos años, el concepto del código de vestimenta ha generado controversia a raíz de muchos casos como el de Demetra. Padres y alumnos afirman que es sumamente injusto penalizar a las niñas por el comportamiento de los niños.

Esta clase de “códigos” no hace más que restringir la libertad de las niñas generando desigualdad frente a los niños. Nada más alejado del concepto básico de “igualdad de género” que cualquier familia moderna quisiera transmitirles a sus hijos. Con suerte, en el futuro cada vez oiremos menos casos como el de Demetra y las escuelas adoptarán una actitud más justa para con sus estudiantes.